Quizá parezca una tontería, pero me apetece compartirlo con vosotros.
Hace unos minutos ha entrado en Secretaría una madre que venía a recoger el título de su hija. Los administrativos, como es preceptivo, le han pedido una autorización firmada. Y la madre ha respondido lo siguiente.
-¿Una autorización de mi hija...? Toda la vida firmándole yo a ella autorizaciones y ahora es al revés, me la tiene que firmar ella a mí. ¡Qué raro se me hace!
Y en su suspiro se esconden muchas cosas. Todos crecemos y es bonito ver cómo nuestros alumnos van conquistando su independencia, su madurez, su vida. A la escuela se les trae de la mano y llega un momento en el que son ellos los que han de firmarnos a nosotros una autorización.
Será que no deja de llover, aunque ya nos acercamos a abril, o tal vez por eso mismo, pero lo cierto es que el tiempo parece correr, de un tiempo a esta parte, como la lluvia.
martes, 19 de marzo de 2013
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