Ganadores de Microrrelatos Noviembre


Alumnos y lectores del relato junto a su profesora. 3ºB
En el recreo del pasado 28 de noviembre se celebró en la biblioteca de nuestro centro,
la tradicional lectura de un texto esta vez fue la "Elegía a Ramón Sijé" (de Miguel Hernández) 
por parte de un grupo de alumnos de 3º B, con gran afluencia de público. 

También se leyeron los relatos ganadores del concurso de microrrelatos 
del mes de noviembre, que podréis leer a continuación. 


Así que, ya sabeis, atentos a la próxima frase y animaos a participar en las próximas convocatorias.

  
GANADORES CONCURSO DE MICRORRELATOS 
- NOVIEMBRE 2013 -

GANADOR 1º-3º ESO

Nunca imaginé que me vería en esta situación: derrotada, anclada, sin esperanzas, sin horizontes, callada, sumisa, con el alma encogida. Con él aprendía a mentir, todo para no hacerlo enfadar; todo para evitar lo inevitable, pues siempre había una razón para él; siempre acababa en un rincón agazapada; mi cuerpo, dolorido, machacado. No había ya un lugar donde él no hubiese dejado su huella, pero eso no me importaba; lo que me dolía de verdad era el alma; y eso sí que no lo perdono. Las heridas físicas se acaban curando, pero las del alma, esas, esas son las que no se pueden olvidar; las que hacen que el pánico, el terror, se apodere de ti, te arden, te duermen e impiden que una pueda reaccionar. Hoy, desde la distancia, puedo ver lo que antes era incapaz…

José Castro Valverde. 3º ESO C.

FINALISTA 1º-3º ESO

Una historia cualquiera.

Llevaba ya varios años, quizás tres, aguntándole a él mi castigo día a día, la razón por la que cae cada una de mis lágrimas en las frías noches de invierno.
No perdono que me hagan esto, que me humillen, que me peguen, que me maltraten.
Esta es una historia, mi historia, la de una chica tonta que se enamoró de la persona equivocada, la historia de una chica que entregó mucho amor y, a cambio, recibió mucho odio.
Escribir esta historia me hizo ser más fuerte, más valiente e incluso más libre.
Cada día entraba por la puerta más borracho y con ganas de hacerme más daño, así que lo paré, me enfrenté a él como deben hacer todas las mujeres maltratadas de este mundo y se echó a llorar volvió a pedirme perdón. Esta vez no lo creí; me había fallado tantas veces que me negué a escucharlo.
Salí por la puerta y denuncié. Desde entonces él está en la cárcel y yo vuelvo a reír, a estar feliz y a quererme. Terminaré con esta simple frase: No me importa cómo fue su final, sino cómo fue a partir de ese día mi futuro.

Sofía Lizana Aranda. 2º ESO A.


GANADOR 4º-2º Bach

Platos rotos, sillas volcadas, lágrimas derramadas y un silencio sobrecogedor, se habían convertido en la escena diaria. Atrás quedaban las disculpas y los intentos de esconder sus heridas; y los buenos momentos, las sonrisas y los besos parecían no haber existido. De insinuarle lo que quería pasó a gritárselo, de las amenazas pasó a la acción. Ella intentaba justificarle ante sus amigas, pero perdonar a una persona que no se disculpa tiene poco sentido. Era evidente que la iba a convertir en un número más; y esa noche todo apuntaba a ello: golpe a golpe las lágrimas dieron paso a la sangre mientras le gritaba: “No perdono que te miren”. Pero entonces, sin darse cuenta, aquel jarrón en su mano se convirtió en el pasaporte para su libertad. Salió corriendo tras acabar con su pasado, ya podía ella misma.

Mario Pablo Muñoz Ibáñez. 2º Bachillerato A



Lectura del texto en nuestra biblioteca.
 Información facilitada por el Departamento de Lengua.
                                                                                                                              Por: Gabry Cano

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