He asistido a muchas despedidas de este centro, y recuerdo una
reciente, de una compañera que decía "El Centro de su vida sería el I.E.S.Alfonso
XI".
Hoy a mí
me vienen unas palabras de Manuel Altoaguirre, que decían:
"No
me resigno a dar la despedida a tal altivo y firme sentimiento que tanto
impulso y luz diera a mi vida"
Y en
verdad que este es mi sentimiento, pues casi todos los momentos más importantes de mi vida estuvieron relacionados y ligados con las enseñanzas
medias alcalaínas. Incluso, a pesar de que me encuentro insertado en el arcádico beatus ille qui procul negotiis, exercet vitam, y ejerzo la
vida en el ocio a la manera
latina, una actividad menos reglada, pero
intensa en otras facetas que satisfacen al espíritu. Pero aquí, prácticamente
ejercité todo lo que no fue otium en
palabras ciceronianas, el negotium de casi toda mi vida:
-Estuve
en el vientre de aquel centro de enseñanza media COPEM del antiguo palacio
abacial durante los primeros años de MI INFANCIA Y MI ADOLESCENCIA. Allí, di los primeros pasos
de la enseñanza media, conocí a mis primeros
maestros que nunca olvidaré y a la directora teresiana del centro María
de los Ángeles Irurita.
-Después,
en 1969, tuve la fortuna de asistir a la inauguración del IES ALFONSO XI, como
alumno de PREU, y me dejo una huella clavada que no puedo olvidar. Por primera
vez, me quedaron incrustados en mi alma la poesía de Machado, el duende de Lorca, el teatro vanguardista de
Buero Vallejo, la ficción desbordante de Baroja, los vientos del pueblo de Hernández…
con la profesora Carmen Sánchez-Cañete. Por
aquel tiempo, nació mi pasión de investigar, crear, y el amor por el trabajo, cosa que se lo debo a Carmen Juan. Entonces, compartí con un banquillo de lujo, con el director don Juan Borrego y con mis
compañeros, que eran los héroes alcalaínos de "Cesta y Puntos".
-Después,
pasé muchas noches de mi adolescencia esperando, con los bedeles, a mi esposa Cristina en el bachillerato
nocturno y fui un exalumno de honor, mientras cursaba los años de universidad.
-Finalmente,
tuve la suerte de que, hace 27, me
incorporé en este centro por mi traslado en la cátedra de Latín. Me atraía Alcalá, mi patria chica y la Sierra Sur, pero
también un centro que lo soñaba como dinamizador de la cultura de mi pueblo,
aquí compartí vivencias extraescolares extraordinarias: desde festivales de rock
a recuperaciones del folcklore popular, los tiempos de la LODE, LOGSE, LOE... y un sinfín de siglas hasta convertirme
en un promotor comercial de la cultura clásica, porque pasaron los tiempos en
los que los profesores de latín dejaban algunas horas lectivas a los profesores
del Ingles.
-Fueron
los años en que fui miembro de la Asociación de Padres de Alumnos e,
ininterrumpidamente, miembro del Consejo Escolar representando a los profesores
o, legalmente designado por el Ayuntamiento
de la ciudad, etapa de la que me siento muy satisfecho por que se me permitió colaborar
con este centro, que ha sido y es ejemplo
y espejo de la educación secundaria en la provincia de Jaén.
-Finalmente
me cupo el gran honor de estar dirigido por compañeros como Juan Borrego,
Conchita Cabezas, Abelardo Ibáñez, Ricardo San Martín, Placido Cantero, Maribel,
Jesús Castillo Lozano, Pascual Baca, Fernando Cubero y, durante pocos días, Elena
López; a todos ellos quiero darles las gracias
por su apoyo en mi labor docente, y
pedirles disculpas por comprender mis impertinencias, si las hubo. Tuve la suerte
de estar acompañado de profesores de departamento maravillosos como Carmina
Álvarez, Antonio, Remedios Higueras, Luis López, Carlos González. Daniel García
Posada o Paqui Ortega. Y, no solo a mis compañeros de departamento sino del resto del claustro, con
los que me sentí alentado en cooperar en las tares de la
docencia, en el trabajo cotidiano, en proyectos comunes que compartimos a la
hora de la formación y en los grupos de trabajo. A TODOS LES DOY LAS GRACIAS. También a la Vicedirectora y a la responsable de actividades extraescolares. Y, sobre todo, siempre sentí el aliento de los
alumnos, que siempre me reanimaron en
todos los momentos de mi docencia, fueron lo que me daba la savia
diaria, el ánimo alegre en el
decaimiento y el optimismo con su lozana juventud. HOY ME LO HAN DEMOSTRADO EN DEMASÍA.
A todos nos ha unido hasta ahora el
trabajo, cada uno en su papel. A mí se me ha hecho pasajero y ha pasado como si fuera fruto del viento Céfiro, pero rápido y raudo, porque me
sentí un miembro normal de la
administración que me otorgó el privilegio de servir a la ciudadanía en esa fundamental,
que es la enseñanza y la educación de las personas, con lo que significa la
formación de ciudadanos libres, iguales y solidarios. Hoy día, me faltan el canto de alguna alumna y los comentarios
comunes entre alumnos y el profesor durante
los cinco minutos últimos de la clase sobre
frases y citas de los romanos. Era un modo de avanzar en la autoformación de la
persona. Por eso, en este acto, doy las gracias a todo el equipo directivo por sus
excelente organización, y perdonad
que no cite a nadie, porque sé que todos os lo habéis tomado con el máximo cariño, también a
todos los compañeros del ayer y del hoy, y a vosotros alumnos. El esfuerzo y
trabajo cuesta, decían los romanos, mas labor impobuis omnia vicit. Pero yo digo
con don Bosco: ¡Animo! Todo pasa. Ama tu
trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día, pues ya vendrá el momento para decir con Cicerón "Nunca estoy más ocupado que cuando
estoy ocioso».
Finalmente, quiero terminar imbuido en
el mismo sentimiento que comencé, Y digo
con e Rabidranat Tagore: Y al partir serán
estas mis últimas palabras: me voy, dejo mi amor detrás.
martes, 18 de diciembre de 2012
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