El tiempo es efímero, y en un abrir y cerrar de ojos me
encuentro callejeando entre fórmulas matemáticas, entre pesos moleculares,
entre conectores textuales, e incluso entre personajes de la historia, y ahora
pienso y digo: ¿Esto es verdad, o no soy yo la que está haciendo tantos
esfuerzos y logrando alguna que otra meta? Pero agacho la cabeza, arqueo las
cejas y reafirmo ante mis cinco sentidos: sí, esta sí soy yo.
El ser humano ha intentado siempre vencer su irremediable finitud. Pero
no somos infinitos, y cuando menos nos lo esperamos miramos hacia atrás, y nos
sorprendemos del largo camino que ya hemos recorrido, de tantas lágrimas
derramadas, pero de enormes sonrisas regaladas al mundo, y eso me enorgullece
porque vuelvo a observar hacia delante y veo que aún me quedan muchas cosas por
aprender, muchos esfuerzos por hacer y muchas alegrías que regalar claro que
sí, por ello me sorprende de lo rápido que se ha pasado este curso, de que tan
solo en nueve meses mi vida haya cambiado, porque la palabra “madurez” ha
estado marcada todos estos días, estos días intensos, de lluvia, de nieve (incluso en el mes de abril), de rayos de sol, y de viento.
El futuro nunca deja de asombrarnos con nuevas oportunidades. Nunca deja
de poner a prueba nuestra capacidad de plantar batalla. Nunca deja de
demostrarnos que por mucho que intentemos controlarlo es impredecible. Lo único
que sabemos a ciencia cierta es que todos avanzamos a un ritmo de 60 minutos
por hora. Hagas lo que hagas, seas quien seas. Da igual los errores que hayas
cometido, o cuantas veces hayas pedido perdón. Todos avanzamos por el mismo
asfalto y me consuela pensar que en este largo viaje puedes dejar atrás las
caídas y constituirte como una nueva persona, a la vez que le plantas cara al
sonado futuro.
En unas dos semanas mis días en el instituto irán finalizando, felicidad
pensarán algunos, pero añoranza también es la palabra, porque son muchos
momentos vividos con personas que de verdad merecen el mundo entero, solo pido
que cada uno logre sus metas siempre con la esperanza de hacerlo, porque ni la arbitrariedad del mundo podrá
con nuestros sueños. Tapémonos los oídos, cerremos los ojos, y alcancemos
nuestros objetivos.
miércoles, 15 de mayo de 2013
0 comentarios: