El
primer día de clase sentí buenas vibraciones. Fue el momento en el
que dije "hoy empiezo a formarme para dentro de dos años poder
empezar a realizar los estudios con los que siempre he soñado". Para
mí primero de bachillerato fue un año un poco raro, tuve muy buenas experiencias. Conocí a
personas que nunca me hubiese imaginado que me llevaría bien. Al
final me sentía integrada en la manada.
En segundo, este curso comenzó igual que el pasado. Pero me di cuenta más adelante de que no sería así,
porque me he sentido como una especie en peligro de extinción, donde
el resto de los animales me intentan devorar... y con unos pocos
cazadores furtivos acechándome. Esto me llevó a pensar que como yo no mire por
lo que de verdad quiero nadie ni nada me va ayudar.
Este año mi grupo se ha convertido en la selva... y en la selva pocos amigos hay.
Pero estando ya en la recta final eso importa poco. No sé si al final lo conseguiré titular este año o el que viene... lo realmente importante es que lo consiga.
Lo más
bonito de este año es que me llevo amistades para siempre y lo peor el recuerdo de aquellos cazadores furtivos que intentaron devorarme, pero que no lo consiguieron. Solamente les digo que la vida es muy larga y
que más tarde o más temprano todo se acaba pagando.
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