Todos entramos con una ilusión: personas nuevas, nuevos aires y el temido bachiller. Todo parecía perfecto al principio. La verdad es que mi clase no era la clase ideal, sobre todo cuando vienes de una clase buena, pero no estaba mal. Pasó el primer año con más materia, pero así nos íbamos aconstumbrándonos.

Todo cambió cuando entramos a segundo. Esa clase normal empezó a cambiar. Hay cosas que nadie se creería que podíamos vivir. Quizá desde el primer día ya sabemos a quién valorarán más su trabajo, y sin embargo no a aquellos que realmente se esfuerzan y ponen interés. Pero aquí estamos, después de ya tener algunas asignaturas aprobadas, y preparándonos finales.

Nervios por dejar nuestra familia, nuestra casa y muchos amigos aquí. Por otro lado, esa emoción de empezar una nueva vida, por suerte, rodeadas de nuevas personas, quitando aquellas que no nos han hecho bien en estos dos años. Una vida de ''mayores'' a la que no estamos acostumbrados pero que miramos con cierta ilusión e imaginándonos fuera de este ambiente que, a veces, nos ha hecho hasta pensar en abandonar. Aún así aquí estamos, deseando acabar y pasar el que dicen que será el verano más largo de nuestra vida.

Gracias a esas personas que me han ayudado en el camino, y gracias a aquellos que nos han hecho sufrir, llorar y querer abandonar, porque gracias a ellos hoy soy más fuerte.

***********

¿Todavía no has enviado tu texto? Dedícanos unos minutos y comparte cómo te sientes. Manda tu diario del final a iesalfonso11@gmail.com