Es por la tarde, estoy en mi casa y no
puedo pensar en otra cosa que no sea en el examen de hoy y de mañana.
Esta sensación de impotencia segundo tras segundo sabiendo que
mañana seguirás estando igual no todo el mundo lo puede aguantar.
Me consuela llegar a clase y ver que
hay profesores que aún intentan dar clase a pesar de nuestro
incesante intento por dejarlo.
Cada día que pasa sé algo más de la
graduación que es la única vía de escape que nos queda antes de la
temida y respetada SELECTIVIDAD. Sí, es cierto que nos han
advertido que solo es un examen más pero el peso que recae sobre el
para muchos es motivo de llanto o de dolor.
No tengo especial interés en que llegue
el 31 de mayo para graduarme, ya que no es la ultima etapa de mi
vida, la que viene es más dura.
¿Tengo ganas de irme de aquí para ver
más mundo y mas situaciones? Evidentemente si.
¿Echaré de menos lo que ahora poseo?
Como para no hacerlo.
¿Me arrepentiré de haber seguido
adelante? NUNCA.
Será el verano más largo de nuestra
vida pero, eso sí, en el habrá tal cantidad de emociones nuevas,
miedos nuevos y experiencias que creíamos no llegar a vivir...
Al fin y al cabo la vida es un reto,
quien la acepte tal y como es se sentirá transportado a un mundo más
placentero, menos ameno; sin embargo quien no la acepte sentirá
caer sobre sus espaldas la carga más pesada.
martes, 7 de mayo de 2013
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