Ahora mismo me encuentro frente a una página de un libro, como llevamos dos años, día y noche. Pienso que es una satisfacción estar escribiendo esto, ya que significa que esta etapa ha acabado.

Recordando empiezo por aquel primer día en bachiller, todos callados, atentos al profesor, intriga y curiosidad de que sería esa etapa que todos llamaban agobio. Nos sumergimos en un mundo de experiencias del que desconocíamos su final, pero sabíamos que paso a paso, podíamos hacer que nuestro final fuera el triunfo. Quizás sea el triunfo más satisfactorio, ya que es el que más nos ha costado ganar, pero lo importante es que todos lo vamos a conseguir, cueste lo que nos cueste, sabiendo que para nosotros no hay metas, que la meta nos la ponemos nosotros mismos.

Eso de “no puedo” para nosotros se ha quedado pequeño, nosotros decimos “estoy sobrado”, aunque en el fondo sientas que todo se ha hundido, que las fuerzas te faltan y que te encuentras en el límite, pero lo utilizas como una motivación más, para que nada te frene a seguir adelante.

En estos dos años, nuestras fuerzas se han medido milímetro a milímetro. Todos hemos llorado, para poder sentir el agobio de decir “ya no puedo más”, por sufrir una mala calificación donde no nos esperábamos… Nada de eso nos ha servido para tirar la toalla, hemos seguido luchando. Hemos reído por la más pésima tontería, descargando la tensión que se apoderaba de nuestro cuerpo. Hemos discutido, pero al final una simple conversación nos ha devuelto la normalidad. Si nos hemos dado cuenta, entre nosotros mismo estábamos enfrentados, pero si alguien ajeno llegaba para contraatacarnos , perdía, ya que pese a la conflictividad interna del grupo, éramos una piña que nunca se romperá, somos “invencibles”.

Pienso que todo este cúmulo de sensaciones había que vivirlas, para sentir el orgullo de haber conocido a unos compañeros estupendos que siempre estarán presentes.

Al fin y al cabo, esta etapa es un camino en tren. Tú puedes comprar el billete y no subir nunca, puedes subir y abandonar, pero todos los que hoy estamos aquí, en nuestro destino elegido, hemos subido, hemos triunfado y cuando todo esto sea pasado, rajaremos el billete, para comprar un billete definitivo a la victoria.

Siempre diré que acerté el día en que subí al tren, que la formación de personas es importante y que es una satisfacción y un orgullo poder terminar así. Sólo puedo decir GRACIAS por acompañarme en esta batalla.

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Todos serán publicados de forma anónima a las 23:55 horas de cada madrugada. Hasta la Graduación.