#graduacion2013alfonsoxi Diario del final. Capítulo 2



Mayo ya ha llegado. Parecía tan lejano hace unos meses… Y sin embargo, el curso ha pasado volando, sin que apenas nos demos cuenta de que el verano se acerca, sin que los exámenes y esta locura de curso nos den tiempo a pararnos un poco, a reflexionar sobre lo que estamos viviendo. A pensar que no es un mes de mayo cualquiera, que éste es, para muchos de nosotros, el último mes que pasaremos como alumnos de este instituto.

Recuerdo la primera vez que pisé el instituto. Tenía doce años. Me topé con un grupo de alumnos de segundo de bachillerato y pensé que eran tan mayores, que aquel curso era tan lejano para mí… Ahora me pregunto cada vez que veo a los pequeños correr por los pasillos si alguna vez al vernos habrán pensado lo mismo que yo aquel día. ¿Cómo ha podido pasar el tiempo tan deprisa?

Marcharme de aquí me produce una serie de sensaciones que no se muy bien como describir. ¿Cómo se puede explicar el entusiasmo que siento al pensar en la vida que me espera, en todas las experiencias nuevas que viviré, en toda la gente que conoceré… y a la vez en la tristeza que me produce despedirme del lugar que ha sido mi segundo hogar durante seis años de mi vida? Aquí he vivido tantas cosas… La mayoría de mi adolescencia ha transcurrido en los pasillos del Alfonso XI, en los pupitres de las clases, en el patio, en el gimnasio, en el bar de Pepe… ¡He estado aquí los últimos seis años de mi vida! Cuando miro a mi alrededor y observo durante un momento a mis compañeros, vienen a mi mente mil y una anécdotas con ellos. Hemos compartido tanto… Ilusiones, sueños, esperanzas, alguna que otra confidencia, fracasos y frustraciones… La mayoría de ellos no son mis compañeros, ¡son mis amigos de siempre! A algunos les conocí aquí, pero otros están a mi lado desde primaria. Y ahora, al hablar del futuro, tan abierto para nosotros, me doy cuenta de que cada uno tomará su camino y se separará, inevitablemente, del mío. Que nuestro destino se bifurca, y que es ley de vida. Que hemos crecido. Que ya no somos niños. Que la madurez consiste en eso, en dejar atrás muchas cosas, por mucho que nos duela. Y que pase lo que pase, les echaré muchísimo de menos, porque sin ellos nada de esto habría sido igual. Yo no sería la persona que soy hoy, y es mucho lo que tengo que agradecerles. Durante este curso tan duro para todos, llegar cada día a clase y encontrarles allí, dispuestos a escuchar cuando no podías más, a animarte cuando ni tú confiabas en ti mismo o simplemente a sacarte una sonrisa… Lo ha hecho todo más llevadero, más fácil. Haciendo un balance del curso, quizás lo mejor de todo hayan sido ellos.

Además están los profesores. Vaya, nunca pensé que diría esto pero… también les echaré de menos, a algunos más que a otros claro. Ellos han estado ahí, no sólo preparándonos durante estos cursos, sino ejerciendo un poco de padres, animándonos a seguir adelante, motivándonos en la medida de sus posibilidades, exigiéndonos sacar lo mejor de nosotros mismos; en definitiva, ayudándonos a madurar. A algunos se les ha dado mejor que a otros, la verdad, pero sé que todos lo han intentado. Que todos han querido ayudarnos. También les agradezco el esfuerzo y la dedicación que nos han dado. Será extraño ir a la universidad y no encontrarles allí, dispuestos a dar sus clases para nosotros.

Pero a pesar de todo, me invade el entusiasmo, como ya he dicho. La universidad, vivir fuera de casa, ser independiente, conocer gente nueva… Para alguien que nunca ha salido de su pueblo, se antoja casi un paraíso. Y sin embargo, también me da miedo. Miedo a lo desconocido, a lo que está por venir. A que todo ha pasado demasiado deprisa, apenas he tenido tiempo para asimilar que pronto no estaré aquí. Miedo a Selectividad, claro está, a que no salga bien, a tener que conformarme con algo que realmente no deseo. Supongo que así podría definir mi estado de ánimo ahora mismo: entusiasmo, tristeza y miedo. Todo junto, todo a la vez. Menuda locura ¿no?

Sé que el instituto es una de las épocas más bonitas en la vida de cualquier persona. Y yo me siento realmente satisfecha de mi etapa aquí, porque sinceramente creo que no podría haber sido mejor. Todas las risas, los castigos, las lágrimas, el esfuerzo, la dedicación, la frustración, las ilusiones, las tonterías en los pasillos, los momentos compartidos… Todo ha merecido la pena. El Alfonso XI forma parte de mí, así como sus profesores y sus alumnos. Me marcho, sí, pero no dejo de ser alumna de este instituto. Simplemente dejo de asistir a clase aquí. Sin embargo, me llevo conmigo a mis profesores, y todo lo que me han enseñado durante este tiempo. Y a mis amigos, con todo lo que significan para mí, con todo lo que me han aportado. Llevo a este instituto allá donde vaya, porque no sería la persona que soy hoy sino hubiera estudiado aquí.

Antes de irme, sin embargo, aún quedan cosas por vivir aquí. Mayo tiene que terminar algún día, y ese día será el principio del fin. El fin de una etapa. El comienzo de otra. El día de nuestra graduación. Ese día será el momento en el que nos despidamos para siempre de todo esto, de todo lo que ha significado para cada uno de nosotros el instituto. Y en cierta forma, también diremos adiós a una parte de nosotros, esa parte que quedará entre estas paredes, en los pupitres y en las pizarras, porque también nosotros hemos construido lo que hoy es el Alfonso XI. Y cerraremos el ciclo. Mientras estemos en el acto de graduación, viendo los videos que prepararemos, escuchando los discursos que enunciemos, derramando las lágrimas que seguramente se escaparán ese día, disfrutaremos, tal y como empezamos este periodo, el último día de todos. Juntos.
No podría ser de otra manera.

Gracias de nuevo, a todos, por hacer posible todo esto. Por este año, por los anteriores, por ese día que aún no hemos vivido. Por hacer que esto merezca la pena, por hacer de esto algo inolvidable. Por hacer de esto algo que recordar, siempre, con la mejor de las sonrisas.


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Todos los días publicaremos a las 23:59 los sentimientos de un alumno anónimo de segundo de bachillerato o de ciclos formativos, que encara la recta final del curso. Si quieres participar, envía tu texto (de cualquier extensión) a iesalfonso11@gmail.com 


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